Lilian Helen y su último capricho casador

on jueves, 28 de noviembre de 2013


¿Quién es Liliana Elena Catucci? El ingenio ilimitado de esta jueza de Casación. El novedoso cercenamiento de los derechos fundamentales, la discriminación encubierta, el respaldo a magistrados, policías y funcionarios investigados, el gran invento de la subrogancia permanente. En fin, todo un símbolo de la Justicia que tenemos.
En la primer semana de diciembre se define quién ejercerá la presidencia de la Cámara Federal de Casación, el máximo tribunal penal de la Nación, durante el 2014 y Liliana Elena Catucci está haciendo lo imposible por torcer las reglas y sentarse en el trono.
Digámoslo, Catucci es una jueza muy habilidosa cuando de inventos se trata.
Su ingreso a la Cámara de Casación se remonta a los ´90, la gran era de la fantasía argentina. Ella entró con el respaldo del entonces presidente de la Corte Suprema Ricardo Levene, cuya secretaria era su hermana, Silvina Catucci (Aaah…! la Familia Judicial).
Veamos algunos de los novedosos criterios introducidos por esta jueza.

Para Lily, la regla es la prisión
Lily es una jueza muy creativa que se las ha ingeniado para hacer eterna la prisión preventiva.
Un lindo ejemplo: El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de Rosario dispuso la prórroga de la prisión preventiva de un imputado, la defensa apeló y Lily dijo que la última ley que reformó el régimen de prisión preventiva (con ánimos de controlarlo, exigiendo fundamentos en su dictado, de modo que sólo opere excepcionalmente –como corresponde-) sólo preveía la posibilidad de la defensa de apelar resoluciones de libertades.
Es decir, la apelación sólo la puede hacer quien esté en contra de la libertad a la que tiene derecho el imputado, dijo Catucci. La ley no preveía apelaciones para los fallos que no cumplan con los fundamentos exigidos por la norma… una lástima muchachos…
Se trata de un criterio novedoso, ágil y eficaz para que los tribunales de todo el país puedan prorrogar indefinidamente el encarcelamiento “preventivo” de todo aquel inocente que atraviese un proceso penal, sin fastidiosos controles ni impertinentes recursos.
Bien aplicada, esta poderosa herramienta,  garantiza que los magistrados puedan disponer repetidas prórrogas de prisión preventiva y extender hasta el límite de lo imposible la prisionización de inocentes, con la tranquilidad de quien sabe que su palabra ha de ser definitiva. Una grosa la Lily, había que encontrarle la vuelta a la nueva ley!

Prisión para Niños, by Lilian Helen
Ana María Fernández fue condenada a una pena de tres años y seis meses de prisión. Como al momento de tener que cumplir la condena tenía un bebe de diez meses, su defensor solicitó que cumpla la pena en arresto domiciliario.
El problema, advirtieron los jueces casadores Lilian Helen Catucci y Eduardo Riggi, era que Ana María estaba casada con una mujer.
Los jueces denegaron el pedido de la defensa. La cárcel no altera en modo alguno el natural desarrollo de la relación materno filial y menos aún genera un riesgo para la salud y protección del bebé, dijeron.
Además no existe constancia alguna que en el caso la actual estancia del menor en la unidad penitenciaria haya perjudicado su salud física o psíquica, atendiendo a los pocos meses del menor, agregaron (Aaah…! El valor de la Prueba).

Posibles reacciones contra “la raza judía”
La oscura actuación de Lilian Helen reconoce decisiones escalofriantes, entre ellas, aquella que le valió una denuncia del entonces presidente de la DAIA. La colectividad judía denunció a los tres integrantes de la Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal, Alfredo Horacio Bisordi, Juan Carlos Rodríguez Basavilbaso y nuestra Liliana Elena Catucci. Según la denuncia, los jueces tergiversaron en forma intencional hechos sometidos a su juzgamiento para proteger a neonazis violentos que habían golpeado a un hombre mientras le gritaban “Heil Hitler” y “Mueran los judíos”.
En la madrugada del 1 de julio de 1995, los skinheads Andrés Paskowski, Fernando Griguol y Orlando Romero Da Silva, que ostentaban cruces svásticas, habían golpeado hasta dar por muerto a Claudio Alejandro Salgueiro, a quien creían judío. Mientras lo golpeaban le dirigieron varios insultos en los que lo mencionaban como judío y le dijeron que por judío no merecía vivir. En abril de 1998 el Tribunal Oral Criminal Federal 3 los condenó a tres años de cárcel, como autores de lesiones graves en agresión tumultuaria, con el agravante de la motivación antisemita. Pero Bisordi, Rodríguez Basavilbaso y Catucci anularon la sentencia. En el fallo, Catucci incluso se refirió a los judíos como una raza. La DAIA pidió la remoción de los tres jueces.

The Lily Horror Show
Otro caso en que la tenebrosa Lily dejó su impronta fue el Caso Carrera. En la farragosa sentencia de la Cámara de Casación Penal que volvió a condenar a Fernando Carrera por la llamada “Masacre de Pompeya” hay una frase reveladora acerca de cómo se puede culpabilizar a alguien con solo hacer malabares con las palabras que componen la ley. Hasta el estudiante más burro sabe que negarse a declarar es un derecho. Pero la jueza Liliana Catucci sostuvo que el “silencio” de Carrera cuando fue llamado a indagatoria por primera vez “no deja de llamar la atención, máxime frente al trágico suceso que se le enrostraba”. “No pudo deberse a su deteriorado estado de salud, porque la voluntad de hablar para defenderse es ingénita al ser humano. En efecto por experiencia se conocen situaciones, en las que aún con un mínimo aliento de vida, el inocente cuenta lo sucedido”, afirmó, equiparando el negarse a declarar con un signo de responsabilidad en los hechos.
La frase fue destacada en el blog del penalista Alberto Bovino (www.nohuboderecho.blogspot.com) y pone en evidencia un criterio peculiar utilizado para acatar las directivas que el año pasado dio la Corte Suprema, cuando advirtió que la Cámara de Casación debía enmendar la “arbitrariedad” con que había confirmado la condena a 30 años de cárcel que en 2007 fijó el Tribunal Oral Criminal 14 contra Carrera.
Quién gana y quién pierde con el fallo de Casación. Obviamente, Carrera. El año pasado había recuperado su libertad después siete años de prisión, cuando su caso llegó a la Corte y anuló su sentencia condenatoria. Ahora, gracias a los casadores de la Sala I y la nueva pena de 15 años, corre el riesgo de volver si le rechazan el recurso de queja. (La Sala ya le rechazó el recurso extraordinario).
Catucci pidió 20 años para Fernando Carrera, y este pedido no ha sido inocente, puesto que culpando a Carrera, los funcionarios públicos quedan libres de la responsabilidad que podría caberles por condenar a un inocente. Los policías son los más aliviados porque toda la culpabilidad quedó concentrada en Carrera. Bueno sí, hubo ocho que fueron apartados de sus funciones, pero gracias a Helen, podrían librarse de las imputaciones penales.
A ver, a ver, repasemos. Fernando Carrera fue protagonista de lo que se denominó “La masacre de Pompeya”, un confuso episodio donde lo único claro es que se hizo todo mal. El hecho de investigación de remonta al 25 de enero de 2005, cuando Carrera, perseguido por la policía, embistió con su automóvil particular a varios peatones y causó la muerte de tres personas. La policía habría confundido a Carrera con un ladrón disparándole 18 balazos, ocho de los cuales impactaron en su cuerpo.
Un sumario interno del Ministerio de Seguridad señaló que ninguno de los agentes intervinientes hizo diligencia alguna “para procurar rastros de lo ocurrido durante la persecución”, o sea, para preservar prueba. Negaron, además, haber disparado, a pesar de que las perforaciones en el auto de Fernando revelaban lo contrario. El sargento Juan Antonio Leyes incluso dijo que le habían encomendado buscar testigos del hecho recién un día después de sucedido.
Los jueces del tribunal oral que condenaron a Carrera, Hugo Cataldi, Beatriz Bistue de Soler y Rosa Lescano, también estarán satisfechos por el fallo. Su actuación les mereció una denuncia penal y otra ante el Consejo de la Magistratura. El fiscal Carlos Rívolo había impulsado la acción contra ellos, entre otras cosas por avalar testigos truchos.

And the winner is...
En 2010 se realizó un concurso a los peores jueces, que culminaba con la entrega de los premios "Petiso Orejudo". Lily ganó el concurso luego de ser votada por estudiantes, docentes, jueces, fiscales y defensores. El fallo que motivó esa distinción fue muy particular. El público votante quedó obnubilado por la ingeniosa aplicación del fallo “Arriola” de la Corte Suprema que logró zanjar la gran virtud de esa doctrina: la no criminalización de la tenencia de estupefacientes para consumo en el ámbito privado.
“Pues más allá de la escasa cantidad de marihuana secuestrada, el espacio público donde fue incautada permite afirmar que su conducta ha trascendido el ámbito privado protegido por el artículo 19 de la ley fundamental, y los lineamientos del mencionado fallo ‘Arriola’”, dijo Lily.
Los jóvenes tenían el porro en sus ropas, no estaban fumando.

La imaginación al poder
Pero quizá la nota más distintiva en el mundo creativo de Lily es su obra maestra: la subrogancia permanente.
El juez de primera instancia Luis María Cabral ha sido designado miembro subrogante permanente de la Cámara Federal de Casación Penal. A dedo. De seguir las normas establecidas la subrogancia deberían haber sido ejercida por ellos o, mínimamente, por un juez de inmediato menor rango, o sea juez de Cámara. En cambio, pusieron a Cabral, presidente de la Asociación de Magistrados (Aaaah…! La Independencia Judicial).
¿Y cómo sucedió eso? Los jueces Madueño, Catucci, Figueroa y Gemignani votaron por la permanencia permanente de Cabral en el tribunal, mientras que Hornos —quien había convocado al acuerdo especial— faltó y Borinsky se abstuvo. Sólo Ledesma, David y Slokar votaron en contra.
Los fundamentos para ajustar el tornillo que une a Cabral con su sillón de la Sala I de la Cámara de Casación, jurídicamente, no existen. Se trata de un invento de nuestra querida amiga Liliana Elena Catucci, que nos ha asombrado una vez más con su imaginación prevaricadora al inventar la figura del juez ‘subrogante permanente’.
En el acta no se reprodujo argumento jurídico alguno para justificar la designación a la carta del soldado heroico. En el voto disidente, en cambio, sí se justifican ciertas razones [...] se cita el régimen legal vigente: el art. 31 del decreto-ley 1.285/58 y el artículo 2 de la ley 26.376.
El diputado Carlos Kunkel  presentó una denuncia, el 28 de junio, contra el mismo Cabral y contra los jueces que permitieron su designación (Catucci, Borinsky, Figueroa, Riggi, Madueño y Gemignani) por la comisión de los delitos de abuso de autoridad, nombramiento ilegal y aceptación ilegal de cargo público.
No hay que hacer mucho esfuerzo para imaginar el poco impulso que los fiscales y jueces intervinientes darán a esa investigación.
Antes bien, ahora el foco de atención es otro: si Lilian Helen pudo crear el novedoso cargo de subrogante  permanente para el amigo Cabral, ¿por qué no podrá torcer las normas que dicen que es a Alejandro Slokar a quien le corresponde la próxima presidencia del tribunal?

Vamos Lilian, tú puedes.

Carlos Fayt, la Supremacía inicia

on



“Me quedo porque quiero al país y hay mucho por hacer, podría haberme jubilado hace 17 años con el mismo sueldo, pero sigo trabajando full life”, dijo el ministro de la Corte Suprema CarlosFayt a PERFIL, en 2010. 
Hoy, el juez Fayt debería haberse jubilado hace 20 años. Pero no lo hizo. Y por insistencia o pedido de nadie, no no. El juez Fayt no se jubiló porque demandó al Estado para no hacerlo. Es decir, se presentó ante un juzgado subordinado (la Corte tiene facultades  de superintendencia sobre todos los jueces federales del país) y le pidió le conceda la nulidad de un artículo de la Constitución introducido por la reforma del ´94.
Imaginemos la situación terriblemente incómoda de la jueza en la que recayó la causa… Constitución… Ministro de la Corte Suprema… Constitución… Ministro Supremo… La Constitución no paga sueldos, ni decide licencias, ascensos o remociones así que es fácil adivinar qué resolvió el fallo de esa instancia y también de la siguiente: le dio la razón al señor Fayt.
Y, cuando el asunto finalmente llegó a la última instancia decisoria, o sea el Tribunal de Fayt (¡éste sí que es un país generoso!), los ministros menemistas, esos que en el 2003 se fueron por la puerta trasera al ver que se les venía el juicio político por las vergüenzas convalidadas en respaldo de los negocios de su padrino Carlos Saúl, esos ministros acostumbrados a todo, no tuvieron el menor reparo en conceder una mera declaración de inconstitucionalidad.
Así fue que Fayt ajustó los tornillos de la placa que señala su fastuoso despacho en el Palacio de “Justicia” (es sabido su concurrencia es mas bien esporádica, así que la metáfora de su persona atornillada a la silla, quedó descartada por default).
El modo “correcto” de seguir en el cargo hubiese sido obtener un nuevo acuerdo por parte del Senado de la Nación, como lo establece el inciso 4 del artículo 99 de la Constitución Nacional, pero ¿quién quiere pasar por tal tramiterío cuando se puede sencillamente obtener la firma express de unos pocos colegas y declarar la inconstitucionalidad del textito molesto?
Augusto Belluscio, uno de los ministros que aseguró la eterna supremacía del juez Fayt, cuando se retiró en 2005 por cumplir la edad límite dispuesta por la Constitución y dijo que como había firmado la sentencia a favor de Fayt le parecía una “incompatibilidad ética” con su propia “permanencia”.
Carmen Argibay, por su parte, dijo que “todos tenemos que reconocer que a determinada edad tenemos que retirarnos aunque estemos muy bien. El cargo no es solo estar lúcido y tener los conocimientos y la experiencia sino también tener la resistencia física”.


Misterios del Universo
La pregunta es, ¿qué pasó con el arreglo que habría realizado con el gobierno menemista para jubilarse a cambio de asegurarse una jubilación de 13.000 pesos mensuales de por vida? Tan interesado que estaba…
En el primer semestre de 1998 Fayt habríagestionado ese trámite personalmente, según difundió Raúl Kollmann  mediante llamadas al entonces Subsecretario de Seguridad Social. La pregunta es, ¿qué pasó con el arreglo que habría realizado con el gobierno menemista para jubilarse a cambio de asegurarse una jubilación de 13.000 pesos mensuales de por vida? Tan interesado que estaba… En el primer semestre de 1998 Fayt habría gestionado ese trámite
personalmente, según difundió Raúl Kollmann en una nota publicada en Página/12 en mayo de 1998. Carlos llamó por teléfono todos los días al entonces Subsecretario de Seguridad Social, Santiago de Estrada, quien finalmente llegó a firmar la resolución habilitando la anhelada jubilación privilegiada de Fayt. La Resolución n°179 llevaba la fecha del 20 de mayo de ese año (el mismo día que murió Yabran). 
La jubilación se haría efectiva inmediatamente tras la renuncia del juez. Pero algo pasó. Algo sustancial, porque de la noche a la mañana Fayt dejó de reclamar el monto de su retiro y, en cambio, se sentó a escribir la demanda que luego presentaría contra el estado para jamás tener que irse.


Frasecitas Supremas

Humildad ante todo
“Ya les dije, tengo el primer premio Nacional en Derecho y Ciencia Política a la producción por la Comisión Nacional de Cultura, ningún juez de la Corte Suprema en toda su historia obtuvo ese premio”.
Crudo invierno
“Suele faltar a la Corte en días de crudo invierno porque no quiere tomar frío”.
Glups!
Sobre los piqueteros
“Esto que tenemos en las calles es un embrión de un grupo de tensión social, alimentado con las arcas del Estado, que no tiene una noción clara políticamente de sus derechos. Sólo el hombre, convertido en ciudadano y demócrata puede traer mejores soluciones. Pregúnteles por quién votaron, ellos podían manejar esto de otra manera y están dando un espectáculo cercano al ridículo. Yo lo siento porque es gente que tiene en el sufragio la herramienta política sustancial para los cambios históricos”.
Peronismo pareciera que todavía existiría…
“La naturaleza del peronismo” que es una obra de cátedra, ustedes tienen ahí quienes me acompañaron y van a encontrar una obra muy completa y muy seria sobre la naturaleza del peronismo, que cobra una inusitada realidad, porque aparentemente es como si todavía hubiera una cultura peronista que se proyecta”.
Ramos generales
“La Corte se ha transformado en un tribunal de ramos generales”



Los Cabral

on viernes, 22 de noviembre de 2013


Eduardo Rafael Riggi

on martes, 12 de noviembre de 2013


Eduardo Rafael Riggi, actual juez de la Sala III de la Cámara de Casación Penal, no solo es un juez que ha ganado la simpatía de las cabecillas de la última dictadura sino que, además, ha sido señalado como miembro del Opus Dei. 
Casado y con dos hijos, se recibió de abogado en 1973 en la Universidad Católica Argentina.
Entró al Poder Judicial en 1971 y en esa primera etapa como empleado del servicio de justicia trabajó en el Camarón, la cámara federal en lo penal creada por Lanusse para combatir la “actividad subversiva”.  En 1973, fue cesanteado por la gestión de Cámpora, pero Riggi logró volver a la familia judicial y escalar posiciones a medida que se acercaba el golpe de estado. Se mantuvo en escalafones bajos hasta que en 1975 fue designado secretario letrado de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cargo que luego fue confirmado por la Corte designada por las Fuerzas Armadas.
De hecho, en 1978, mientras miles de personas eran torturadas y aniquiladas, Eduardo Riggi fue promovido a Juez Nacional de Primera Instancia en lo Penal Económico Nº4 de la Capital Federal. Algo había en Riggi que cautivó la confianza de Jorge Rafael Videla.
Cuando se postuló para el cargo de Juez de Cámara de Casación Penal el secretario general y el presidente de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, Osvaldo Natansohn y Elías Salazar, enviaron una carta al senador Adolfo Glass, miembro de la Comisión de Acuerdos, diciendo que a Riggi “no se le conocían antecedentes académicos, publicaciones, conferencias ni investigaciones relativas a la especialidad y que por lo tanto sugerían convocarlo a una audiencia pública para interrogarlo sobre sus puntos de vista político institucional, sus criterios frente a las garantías individuales y sus antecedentes profesionales y académicos”. El pliego fue aprobado en la sesión de la Cámara de Senadores del 16 de diciembre de 1992.
Se dice que Carlos Menem impulsó personalmente su nombramiento en Casación, junto con el de otros dos candidatos, Ana Capoluppo y Juan Martín Romero Victorica.

Dime quién te nombró y te diré quién eres
Entre los trabajos destacados de este paladín de la (in) justicia se encuentra el discriminatorio  fallo dictado contra Ana María Fernandez. Ella había solicitado el régimen de prisión domiciliaria en razón de ser madre de un niño de diez meses. El dueño de este prontuario votó a favor del encierro del bebé y su madre, entendiendo que la cárcel no generaba un riesgo para ellos, valorando además que Fernández se había casado con otra mujer “lo que garantizaría la presencia de dos madres en el hogar”. Al juez de la dictadura no le importó que en la cárcel no hubiera guardia pediátrica, que el niño estuviera en etapa de lactancia o que la prisión no fuera el lugar más adecuado para un niño en sus primeros meses de vida.
A esta visión deshumanizada de la justicia (y de tanto más, ¿no? La simpatía de Videla no era cosa fácil…), Riggi suma un presunto accionar teñido de afán de lucro a través de su cargo en la función pública. Riggi fue denunciado por el CELS ante el Consejo de la Magistratura por mal desempeño luego que salieran a la luz escuchas telefónicas donde se pactaban coimas para favorecer la situación procesal de los imputados por el asesinato de Mariano Ferreyra.
El lunes 10 de septiembre de 2012, el juez Luis Rodríguez procesó al ex agente de inteligencia Juan José Riquelme Riquelme, al secretario de Riggi Ameghino Escobar, ex secretario de la Cámara Octavio Aráoz de Lamadrid, al vicepresidente de Belgrano Cargas S.A. y contador de la Unión Ferroviaria Ángel Stafforini y a José Pedraza por su participación en el soborno de 50 mil dólares. De acuerdo a la resolución de Rodríguez, “la influencia de Aráoz de Lamadrid y Riquelme sobre el magistrado Riggi se consideraba real, en tanto ambos mantenían relaciones personales preexistentes con él, uno como ex-empleado y el otro con un vínculo afectivo demostrado por el intercambio de las comunicaciones y otras escuchas telefónicas obtenidas”.
Sin embargo, a fines de 2012, el CELS señaló que resultaba sugestivo que el juez Luis Rodriguez no haya profundizado la investigación respecto de los posibles jueces involucrados y haya demorado más de un año las indagatorias y el procesamiento de los imputados, para sacarlo una semana antes del tratamiento en el Senado de su pliego para ocupar una vacante de juez federal.
Otro caso de presuntas coimas al cual Riggi estaría asociado es el denunciado por los abogados de Carrefour, quienes denunciaron operaciones de forum shopping en un juicio por una estafa millonaria contra los directivos del grupo Exxel, que casualmente recayó en la Sala III de Casación –¡oh la la! ¡La Sala de Riggi!-. En los pasillos de Comodoro Py, se decía que el encargado de arreglar el “sorteo” de causas era el antiguo secretario de Riggi, Luis Ameghino Escobar. Ameghino Escobar fue desplazado de su cargo tras las escuchas telefónicas que lo descubrieron negociando con el sindicalista José Pedraza, hoy condenado por la muerte de Mariano Ferreyra.

Datitos de color

El hijo del juez Riggi (Eduardo Javier) está sospechado de “acomodo” en el marco del concurso 40/10 de la ciudad de Buenos Aires, señalado como autor de un examen “patético” que lo colocó, milagrosamente, entre los mejores puestos del concurso.

Cuando se lo cuestionó sus vínculos con el Opus Dei y con la corporación militar, el juez Riggi dijo: “No tengo el honor de ser del Opus Dei y mi único contacto con los militares es que tengo familiares en las Fuerzas Armadas”.

¿Cuál es el magistrado más retrógrado?

on viernes, 1 de noviembre de 2013

Guillermo Marijuan, vermouth con papas fritas y good show

on lunes, 21 de octubre de 2013


¿Quién es el fiscal Guillermo Marijuan? Sus vínculos con Beraldi, Massa y dos de los principales imputados en la investigación penal contra el JP Morgan por lavado de dinero. Las claves de su actuación y su histórico fervor por ofrecer un buen show.

Divorciado y con dos hijas, Guillermo Marijuan se muestra como un fiscal y padre ejemplar. Un recorrido por los dichos de la prensa escrita lo muestra como un paladín contra la corrupción política. A veces en su rol de titular de la Fiscalía Federal 9, a veces como cabeza de la Unidad Fiscal para la investigación de delitos relativos a la Seguridad Social (UFISES), Marijuan aparece como el que hizo lo que nadie se animaba, claro que una mirada más atenta revela algunas inconsistencias sumamente interesantes…

Unidos por la Seguridad Social
Marijuan desembarcó en el ámbito de la Seguridad Social bajo el patrocinio de Eduardo Duhalde, igual que Sergio Massa, entonces titular de la ANSES. Después del gran escándalo de las jubilaciones truchas en La Rioja[1], en el año 2002 se creó la UFISES y el fiscal Guillermo Marijuan fue designado como titular. Su tarea principal era trabajar con la ANSES en la protección de los recursos previsionales, investigando todos aquellos delitos en perjuicio del organismo estatal que los administraba.
En este marco, Marijuan trabajó especialmente en la baja de más de 16.500 planes sociales, que por algún motivo u otro el fiscal encontró mal otorgados. Sus investigaciones también habrían culminado en más de 1.900 denuncias realizadas ante Juzgados de todo el territorio nacional y 1.300 remisiones a distintas Fiscalías del país.

Quizás fue por la inmensa labor que llevó la fiscalización de cada uno de esos centavos dados a los sectores más pobres de la población, que el fiscal de la UFISES dejó pasar la denuncia realizada por el ex vicepresidente del JP Morgan, Hernán Arbizu, acerca de la gran estafa sobre los fondos previsionales de los argentinos en manos de las AFJP.
En el 2008, el ex banquero explicó ante la UFISES y la Fiscalía 9 -a la que justo luego le tocó intervenir- las diversas operaciones de vaciamiento de las AFJP, diseñadas por el JP Morgan y otros bancos, de talla internacional y local, a través de la compra por parte de las AFJP de títulos sobrevaluados de Grupo Clarín, Banco Patagonia y Consultatio SA. Básicamente, el dinero de los fondos previsionales argentinos fue invertido sabiendo del posterior derrumbe de precios (incluso siguieron comprando con el precio ya en baja), todo lo cual dejó unos pocos empresarios muy enriquecidos y unos jugosos bonos para el superintendente y directivos de las AFJP y agentes intermediarios (agentes de bolsa y banqueros). Los millones de jubilados sin sustento futuro serían el problema de otro. No de Marijuan, obviamente.
Para tener una idea de qué hablamos: de los 106,4 millones de dólares que Clarín ofertó en el mercado argentino, las AFJP compraron unos 310.679.481 pesos, según datos oficiales de la Superintendencia (el dólar cotizaba a 3,15 aprox.). Tan sólo un año más tarde esos papeles valían la mitad.
La denuncia podría haber sido encuadrada en los artículos 138 a 141 de la ley específica en materia previsional -Ley N° 24,241-, donde se establecen las penas correspondientes a los delitos cometidos contra un fondo de jubilaciones y pensiones, como fue el caso. Según esa ley, le caben 4 a 10 años de prisión al responsable de la calificación de títulos, de la autorización de la oferta pública, y de efectuar y/o controlar las inversiones que causasen un perjuicio a un fondo de jubilaciones y pensiones. Además la ley prevé 5 a 15 años de prisión para el que lo hiciese con la obtención de un beneficio para sí o para un tercero.
Pero el fiscal específico no encuadró los hechos en ese marco legal sino en uno mucho más benigno, o sea como un delito contra la propiedad en general, donde la pena es de 1 mes a 6 años o de 2 a 6 años -artículos 173  y 174 del Código Penal-. Por las dudas. Igual nunca nadie investigó nada y el negocio no pudo ser más redondo.
Donde sí éste puso verdadero ahínco fue en el impulso de una investigación sobre si, frente al inminente anuncio de estatización, las AFJP vendieron de urgencia y a precio vil los títulos de deuda pública en los que habían invertido parte del dinero de los jubilados para con ello realizar una fuerte maniobra especulativa haciéndose de dólares para fugarlos del sistema financiero (se hablaba de unos 70 millones de dólares). La denuncia de Marijuan motivó un gran revuelo mediático y ciertamente temor en la plaza y los principales operadores del mundo financiero. Sin embargo, el escrito del fiscal no era sino un bricolage de diversas notas publicadas por los principales medios gráficos y digitales sobre el tema, y el periodismo, agradecido por la confianza, no escatimó en su promoción.
Pero lo llamativo de la denuncia y los esfuerzos del fiscal por “velar por la defensa de los intereses generales” es que siendo titular de unidad especializada en seguridad social desconociese que el propio Estado Nacional había trabado una medida cautelar para impedir exactamente lo que el fiscal venía a denunciar, esto es acceder al mercado de dólares. Pregunta: ¿Podía un fiscal de la talla del señor desconocer la existencia de una medida de tales características? ¿No se comunicó por esos días con el superintendente y el resto de los funcionarios de nivel respecto de la evolución de una situación que a su criterio era merecedora de una denuncia penal?
Finalmente resultó que tales hechos nunca sucedieron. Fuegos artificiales, puro show. Y nada de esto fue revelado por el periodismo. Es para sacarse el sombrero, señor.

«Me gusta»: con o sin campaña
“Marijuán y Massa se conocieron cuando el entonces titular de la Anses creó la unidad fiscal para investigar delitos cometidos en el marco de la Anses, y Marijuán quedó a cargo. Le pidió el control de los planes jefes y Jefas de Hogar, viajaron juntos a los Estados Unidos y formaron una amistad. Massa ya piensa en el armado de su gabinete como presidente en 2015. De hecho le propuso a Marijuán ser su Procurador General, es decir, el jefe de los fiscales”, informó una notapublicada por el diario Perfil el 7 de septiembre de 2013. 
El fiscal no tiene ningún reparo a la hora de expresar su cercanía con su ex compañero de la seguridad social. Tanto así que ante sus casi 1600 amistades en facebook el fiscal dijo lisa y llanamente, me gusta Sergio Massa, el Frente Renovador y Daniel Gambino (que aunque nadie sabe bien quién es, aparece en su foto con Massa). (Ver imagen al pie de la nota)
Quizás, sólo quizás, fue en honor a esa entrañable amistad, que el fiscal dejó al ex titular de la ANSES, fuera de la investigación penal que se instruyó contra varios funcionarios del organismo estatal que en el 2006 estafaron a más de 77.000 jubilados  y pensionados por un monto total de más de 4.000.000 pesos. Lo que hacían era descontarles, a través de una cooperativa (Cooperativa Ferromar), unos pocos pesos de las jubilaciones y pensiones; una práctica múltiple, repetida y casi imperceptible que dejó cuantiosas ganancias para sus partícipes. Con motivo de esta investigación en el 2013 fueron procesados 3 ex funcionarios de Massa (jefe de la ANSES al momento de la estafa) y cuatro directivos de Ferromar.

El mundo es un pañuelo
Marijuan llegó a ser fiscal gracias a Carlos Beraldi, entonces fiscal federal y ahora socio del estudio fundado por el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian.
Cuando Marijuan tenía tan sólo 27 años, Beraldi, uno de los abogados hoy más solicitados por las grandes mafias financieras a la hora de enfrentarse a una investigación penal (FIMBER, Banco Mercurio, Bulgheroni, por acá alguien me sopla), supo que el joven era digno material para integrar las filas de Comodoro Py.
Trabajó con Beraldi en la Fiscalía Federal 4. Finalmente, en 1993 fue nombrado fiscal federal adjunto en la Fiscalía Federal 12 y, con Righi, fue nombrado titular de la Fiscalía Federal 9. En otras palabras, un fiscal con buenos amigos y ningún concurso.
Carlos Beraldi integra hoy el consejo consultivo de la Fundación de Investigaciones en Inteligencia Financiera (FININT), de Felix Marteau. Marteau es abogado de Grupo Clarín en causas de lavado. 
Causas por lavado… ¿qué, como la de JP Morgan que tiene Marijuan? Bingo.
Grupo Clarín y sus socios accionistas ocupan, por lo menos, 39 de las bolillas que forman la lista de 469 personas físicas y jurídicas, clientes del JP Morgan, que habrían fugado unos 5.000.000.000 de dólares del país (cinco mil millones, sí, lo escribimos bien). Así lo denunció el ex vicepresidente de la banca, Hernán Arbizu ante el juez Sergio Torres y el fiscal Guillermo Marijuan.
Ojo que Clarín no es el único preocupado por esa causa. También hay varios inversores inmobiliarios del Municipio del ex titular del ANSES Sergio Massa, como Nordelta SA, Santa Catalina Inc., y todo el universo de los Constantini. Entre los 469 cuentas denunciadas por Arbizu, por lo menos 13 corresponden a esa familia, bajo los nombres de: Eduardo & Mariana Constantini, Eduardo Constantini, Eduardo F. Constantini JR, Fundación Eduardo Constantini, Maria Soledad Constantini, Maria Teresa Constantini, Mariana Constantini, Mariana Constantini & Ricardo Aníbal Estevez & Alejandro Estevez, Martin R. Constantini, Ricardo Aníbal Estevez, Rodolfo Constantini, Tomas Constantini, y The Constantini Film Company LLC.
¿No te digo que el mundo es un pañuelo? Dios los hace y ellos se juntan. Y todos en una misma causa. Es fantástico. Marijuan, Beraldi, Marteau, Massa y toda suerte de empresarios cada día más agradecidos por el polvo que va juntando el expediente en el juzgado de Torres. Ya van cinco años y ningún imputado. Hay una lista con nombres y apellidos, números de cuentas, montos, órdenes de transferencias, la explicación de todas las triangulaciones dinerarias, y aún así, nada. Una maravilla.




Marijuan y sus mujeres

on



Se rumorea que la vida de Marijuan no es nada sencilla… Divorciado y con dos hijas, se dice que el Fiscal “Guille” Marijuán -como lo llaman sus íntimos- pasa sus días intentando repartir su tiempo entre los reclamos y pedidos de atención de sus hijas adolescentes y los reclamos de su novia Ida Carolina, cuya relación aún se mantiene oculta a pesar de sus años de duración…
Cuentan las malas lenguas que las adolescentes nada quieren saber con la idea de tener una “madrastra” y que, escenas de escándalos mediante por parte de ellas, el pobre Guille -siempre entre la espada y la pared-  se debate a diario su amor hacia las jovencitas que le exigen a su padre tiempo, atención, dinero y amor exclusivo (y a quienes Guille responde sin escatimar en viajes, regalos y tiempo) y su novia, a quien le ha tocado llevarse la peor parte: un triste segundo lugar en el podio  y, como si fuera poco, condenado a la clandestinidad.
Por ahora podríamos decir -sin temor a equivocarnos- que a la pulseada la vienen ganado las hijas del Fiscal.
La pregunta es ¿por qué Guille no presenta a su novia en sociedad? ¿Por qué la mantiene celosamente guardada, en el más oculto secreto? ¿Son realmente las hijas el escollo principal, su negativa a compartir a su padre, a siquiera imaginar la posibilidad de un nuevo hermanito? ¿O será que su novia, la abogada Ida Carolina Diz, es nada más ni nada menos que su secretaria y teme las repercusiones de la relación prohibida?
Hasta ahora Ida Carolina se habría contentado con el hecho de haber saltado de auxiliar a secretaria -léase: del cargo más bajo al más alto- en un abrir y cerrar de ojos pero… ¿Hasta cuándo? Los años pasan y llega un punto donde no hay sueldo, viaje o regalo que disimule el trago amargo que implica ocupar el segundo (o tercer) lugar…
Es por ello que cuando se lo ve caminar por los pasillos de Comodoro Py, afligido y apesadumbrado, lejos de estarlo por las causa de Báez, JP Morgan o las supuestas amenazas que alguna vez recibió, se debe en realidad a la imposibilidad de resolver tanta demanda de tiempo, atención y dinero de parte de sus mujeres…
Nunca se hubiera imaginado, Marijuán, ni en sus más locos sueños de juventud, que con su poco más de metro sesenta de estatura, tres mujeres lo estarían reclamando y asediando por su amor casi-exclusivo. Hoy, más que un sueño, se ha convertido en una pesadilla…
Guille Marijuán, quien lo hubiera dicho, un hombre subyugado, sometido, tironeado, presionado que no logra resolver el dilema de su vida: tres mujeres batiéndose a duelo por él.

Una historia de pasiones, reclamos, amores tiranos, exclusivos, demandantes… Una historia de peleas, celos… amores ocultos, clandestinos, mezclados con lavado de dinero, aliados y enemigos políticos, viajes y poder… Un hombre que pivotea entre el amor adolescente de sus hijas y el amor clandestino, siempre al borde del despecho, de su secretaria y secreta-novia…